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BDSM. Introducción

BDSM. Introducción A través de una serie de posts voy a intentar aclarar qué es y qué significa la BDSM para mí. No me mueve una intención aleccionadora o educadora. Ni sentar cátedra, convenceros a cualquier otra razón que no sea decir lo que pienso. Sin más. Por expresarme y explicarme. Ni poseo las capacidades ni las intenciones para decirle a nadie qué debe o debería hacer. En realidad, lo que aquí expondré es una forma de vivir. Mi propia experiencia y circunstancias. Quienes de verdad quieran conocer este mundo, supongo que podrán encontrar sitios más adecuados que este.

La BDSM es una conducta humana más. Una opción de vida y de ser. Como tal, como opción, en realidad pueden haber tantos tipos de conducta como individuos haya. Con ello intento aclarar que no podemos clasificar claramente y de forma simplista a quienes así viven. Es cierto que existen unos patrones comunes, digamos nos factores mínimos que se dan en todos los individuos que los caracteriza. A partir de ahí, podemos generar grupos y subgrupos con ciertas peculiaridades. Esto, en realidad, es general en todas las circunstancias que rodean a los seres humanos. Valga como ejemplo el decir que el hombre es un ser político. Dentro de ello valdría clasificarlos, una forma más como otra cualquiera, en derechas, centro e izquierdas. Y en cada una de estas divisiones encontramos otras menores –liberales, socialdemócratas, monárquicos... o cualquiera otra-, hasta llegar al individuo, que tendría peculiaridades propias y diferenciales al resto de individuos.

Siguiendo esta forma de pensar, es una necedad clasificar la BDSM como un mundo dividido entre personas que asumen el rol del puto Amo, la perra sumisa, o ambos. Esta simplificación ha llevado a que, gracias a la posibilidad de comunicación y movimiento de información que nos frece internet, tengamos tantos/as pseudoamos/as y falsos/as sumisos/as.

Lo que acabo de expresar merece una matización. Como una de mis máximas es el respeto a la libertad humana y de opción de elección del individuo, me obligo y entiendo que debo de respetar y aceptar a aquellos/as que he denominado “pseudo”. Su elección ha sido la que ellos/as han escogido, y como tal admito. Pero desde luego no es la mía. Mi mundo no se reduce al simplismo de la estética de la las conductas.

En los escritos que seguirán a este, intentaré daros mi punto de vista, que en realidad es deciros cómo soy, qué busco y quiero y qué rechazo o a que conceptos no juego. Así pues, entre otras cosas, trataré de definirme – de alguna manera y si puedo-. Os contaré qué quiero y qué busco. Os hablaré como entiendo la sumisión y la Dominación. Todas esas cosas respecto a este mundo que deseo y necesito decir y que tal vez alguien quiera escuchar.

Cordiales saludos

4 comentarios

ana -

yo diría que la definición de BDSM es aquella de cada participante, por eso cuesta tanto definirlo y lo de los seudoamos da verdadera pena,besos

Eric -

Si existiera una Real Academia de Amos tú no estarias sentado en ninguna de sus sillas...o si?. En cualquier caso es evidente que sera interesante leer tus "Pensamientos". A la vista está.
Saludos

Pan -

No, claro que no. Si te fijas bien, se trata de una alegoría donde intento ridiculizar la simplificación de una conducta.

Ninfa -

Interesante post, como siempre, me encanta como explicas el mundo BDSM, pero eso ya lo sabes. Lo que me ha llamado la atención, lo demás alguna vez ya te lo habia oido, es eso de "rol del puto Amo, la perra sumisa, o ambos", ¿así te ves?.